Por el estudiante Camilo Vélez
¿Quién no ha escuchado un arpa llanera en un trío de Jazz? Es muy poco común, sobre todo en Estados Unidos, donde no se conoce este tipo de interpretación del arpa, y menos en Jazz. El Jazz es el género que muchos dicen ya pasó de moda, que es música de abuelos. Pues déjenme decirles que ningún abuelo soportaría escuchar más de cinco minutos el trío de improvisación de Edwin Prévost. Sin embargo, hay un Colombiano poco conocido en Bogotá, mas es bastante conocido en Estados Unidos y Europa, Edmar Castañeda. Éste virtuoso del arpa, radicado en Nueva York como arpista de Jazz, está a la punta del Jazz contemporáneo gracias a su gran talento en el arpa.
¿Quién no ha escuchado un arpa llanera en un trío de Jazz? Es muy poco común, sobre todo en Estados Unidos, donde no se conoce este tipo de interpretación del arpa, y menos en Jazz. El Jazz es el género que muchos dicen ya pasó de moda, que es música de abuelos. Pues déjenme decirles que ningún abuelo soportaría escuchar más de cinco minutos el trío de improvisación de Edwin Prévost. Sin embargo, hay un Colombiano poco conocido en Bogotá, mas es bastante conocido en Estados Unidos y Europa, Edmar Castañeda. Éste virtuoso del arpa, radicado en Nueva York como arpista de Jazz, está a la punta del Jazz contemporáneo gracias a su gran talento en el arpa.
Su trío está conformado por Marshal Gikes (trombón), David Silliman (percusión) y por supuesto Edmar Castañeda en el arpa. Los tres, grandes interpretes, son fácilmente unos de los músicos más cotizados de la escena del Jazz en Nueva York. En mi opinión, la combinación de sonidos como el Joropo en el Jazz es fascinante, sobre todo que el aprendizaje previo de las músicas colombianas de Edmar Castañeda le da una riqueza inimaginable a sus composiciones haciéndolas bastante interesantes de escuchar.
El pasado 9 de abril, el trío de Edmar Castañeda estuvo en concierto en la sala de conciertos de la biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá. Yo tuve el privilegio de estar presente en este increíble concierto. Tres horas antes del concierto ya me sudaban las manos de la emoción de finalmente ver en vivo a este talentoso músico colombiano. Finalmente cuando fue la hora del concierto y salió Edmar, ya estaba calmado y preparado para escuchar el discurso que tenía para ofrecernos.
Durante el concierto todos los espectadores, y me cuento entre ellos, fuimos transportados a distintos lugares fabulosos. Sobre todo, cuando la esposa de Edmar salió a cantar y nos llevó a todos por un viaje por los llanos de Colombia con su impresionante voz.
Apenas se acabó el concierto, Edmar estaba listo para firmar discos y dar autógrafos. Algo que pocos músicos hacen. El concierto ciertamente superó todas mis expectativas. Una cosa es escuchar la música de un artista en Grooveshark, otra es verlo interpretarla, nota por nota, dándonos un discurso musical, argumentando nota por nota, pues está catalogado como uno de los mejores músicos de Jazz de la escena neoyorkina.
Definitivamente, es un músico que vale la pena escuchar y si se tiene la oportunidad, verlo tocar en vivo.
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